lunes, 29 de abril de 2013

El Malabarista Izan






El centro de Málaga esta lleno de mimos, que hacen esculturas vivientes, perroflautas que no se lo que hacen bien, chinos que tiran una luz al aire, vendedores de almendras fritas sin envasar y que toquetean con las manos para hacer montañitas, después de rascarse los huevos y así una legión.

Yo les daría a todos un poco, pero si lo hago eso sumaría el monto de mi pensión, así que no le doy a nadie. 

Pero ayer iba detrás de tres perroflautas y como no lo podía evitar iba escuchando algo de lo que decían y era sobre el lugar de emplazamiento de uno de ellos. Me di cuenta que los ayudantes no tenían ni zorra idea, y al llegar a la confluencia entre Granada y Calderería, le dije al tío que como en aquel sitio, no iba a encontrar otro.

Le pareció bien y me fui mientras preparaba sus cosas. Entonces vi que venía el coche de los municipales y me di la vuelta y con la silla de Gonzalo tape los diábolos y la radio que había preparado y de paso obligue al coche a hacer una maniobra mientras me ataba los cordones de los zapatos. 

Me dio las gracias y, como empezaba, me quede a verle y por supuesto a fotografiarle. Era fantástico y Gonzalo estaba flipando, y dando gritos de gusto y señalando con el dedo cada vez que el diábolo subía a una distancia increíble. 

A este si le di una propina y me lo agradeció de forma agradable, además de decirme que era catalán y se llamaba Izan.












Tengo un vídeo que en cuanto lo suba a youtube, lo pondré aquí.

En el Thyssen





En el Museo Thyssen se pueden hacer bastantes cosas. Mi favorita es ir con Gonzalo al Bar Carmen Thyssen. Entrando por la librería hay un patio donde estar con mi nieto, con esa luz maravillosa, es un lujo. Un té en el silencio absoluto, que posibilita que el niño no se despierte, y escuchar solo el click de la cámara, es orgásmico. Pasar al bar y poder fotografiar las flores, que ponen en las mesas, o los fruteros con naranjas  inmaculadas. Ver el diseño esmerado del mobiliario y del ambiente es un placer. Y por fin gozar del esmerado servicio del personal. Todo esto lo hace el mejor bar de Málaga.


 















Callejeando con Gonzalo. Arquitectura malagueña.





Dicen que hay que sacar la cámara, cuando se tiene un proyecto concreto, una razón y una dirección...

Yo salgo con Gonzalo y en la capota de su silla de paseo, pongo la cámara dispuesta para disparar. Y lo mismo que hace un policía con su arma, la saco si esta justificado.

Ayer vi edificios, varias veces vistos por mi, pero solo ayer me vino la inspiración, y disparé.





 Aquí se come y se tapea muy bien, y tiene buenos  precios. Esta justo al lado del Museo Thyssen









Paseo por el puerto




Cada año, desde hace cuatro, he ido al puerto a hacer fotos a los arcos que soportan el rompeolas. Esta vez no estaba a gusto por el sol frontal y el color, así que hice cuatro fotos y me fui.












Estas tres últimas fotos me encantan. Estaban muy lejos y no son identificables, pero si su actitud, que me parece preciosa.

Motorista




Yendo hacia La Araña, mi estudio de fotografía, uno de ellos, me encontré con un motorista que iba superlento y pensé hacer lo que nunca había hecho: fotografiar una moto en marcha... Una chorrada, pero también lo fue llenar tres barcos, con presidiarios, y buscar las indias, por el lado opuesto...









Objetivo 70-200...

Las flores de La Araña




En un jardincito asilvestrado que hay junto al mar, me llamaron la atención estas flores azotadas por el viento.