Su sonido, el frescor que proporciona y luego verla circular, me produce una paz inmensa. Puedo estar enfocando algo y al rato me doy cuenta que, en algún momento, lo he dejado y me he ensimismado en su observación... es fascinante.
Hasta el repiqueteo constante de un aspersor, me encanta, como me paso en esta última foto, que miraba por el visor y cuando iba a disparar ya se me había movido el chorro de agua y así una y otra vez lo veía ir y venir...
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