miércoles, 24 de julio de 2013

Insomnio y ruido





Eran las dos de la madrugada y dos gamberros hablaban bajo mi ventana. Y no solo hablaban, también se reían. Empecé a pensar en como hacerles callar. Se me ocurrieron mil formas, pero ninguna viable. No dormir en tu cama es jodido pero no dormir en la cárcel, tiene que ser la hostia.

Como estaban debajo de un árbol, y los árboles están siempre enfermos, tuve una idea: lleno un pulverizador de aceite usado, de la freidora, que siempre esta sucio, y pulverizo el árbol. Cuando empiecen a caerles gotas se irán.

Pasó así una hora y o no caían gotas, o no se enteraban, pero ahí seguían hablando y riéndose sin parar. 

Voy a llamar a la policía!. ¿Pero que les digo, que hablan unos chavales y se ríen? Me preguntarán que con qué intensidad… ¡Coño suave! Pero hablan y lo peor es que se ríen… Seguro que me dicen que cierre la ventana y que meta la cabeza debajo de la almohada. Pues eso voy a hacer.






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