miércoles, 24 de julio de 2013

Sueño de Juventud





Mi vida era muy sencilla. Estaba creciendo. Tenía afectos y sensaciones maravillosas al comer, al cagar, al dormir y al mirar.

Todo me atraía y un día empecé a leer palabras en un diccionario, y era feliz pero llegué a una que me inquieto: erección (del latín erectio, acción de erguir o erigir) es el endurecimiento del pene, del clítoris, de los pezones, con agrandamiento y estado firme.

De ahí pase a pene, a clítoris y a pezones. ¿Y qué? También tenía nariz y orejas y manos… muchas cosas.

Como vivía solo, no tenía a quien preguntar las cosas que me inquietaban. Un día me arme de valor y salí decidido a la calle y entre en un bar a tomar un café. La camarera era muy simpática y en un momento me decidí a preguntarle si tenía pene.

No volveré a preguntar nada a nadie. Nunca más. Todo el mundo me miraba, además, por los improperios que me lanzaba. Qué vergüenza.

Volví a casa corriendo y me refugie en mi cama. Como nadie me besaba, me empecé a besar yo solo, para consolarme y cuando con la lengua lamía mis lágrimas, algo extraño sucedió en mi organismo. Acababa de descubrir que era Pene y Pezones.

Me faltaba clítoris, pero estaba seguro que eso, también llegaría a descubrirlo.






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