Málaga, 11 de Abril del
2.013
Andaba yo en esperas, dentro de mi coche,
cuando a mi lado un mirlo paseaba,
picoteando a troche y moche.
Una miga aquí, una semilla allí,
cualquier cosa que veía le encantaba,
y no le molestaba de mi cámara el clic, clic.
En esto llego un viejo y a su altura estornudo,
y asustado el mirlo de mi lado voló.
Le di un bocinazo, que del suelo lo levante.
Me miro con mala cara, y le dije para mí:
si pides perdón al mirlo, a ti yo te pediré,
y los tres desagraviados, quedaremos así.
©Bernardo Iribarnegaray
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