Justo cuando empezaba a atardecer, y nosotros nos íbamos hacia lo más alto, para fotografiar ese momento maravilloso en que el sol nos deja en sombras, aparecieron los flamencos. Bandadas en formación y no todas de golpe, sino una tras otra. Es realmente espectacular ver como vuela un pajarraco tan desgarbado.
Aunque todos se agrupan en las zonas más retiradas pudimos pillar a alguno que se vino hacia el borde.
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