Anoche, al poco de acostarme, me desperté con un grito y era mío. Estaba sudando y tenía la boca seca. Me levanté y bebí agua y al volver a acostarme mire el reloj y eran las 3,14. Pensando que los sueños, dicen que se tienen a ultima hora de la noche, me dormí. Pero antes recordé que la escalera del sueño la acababa de ver en una foto mía:
Estaba en una habitación muy pequeña. Las paredes acabadas en cemento feo y viejo, que destilaban humedad por sus cuatro costados. En ella solo había una cama y yo con dos maletines que sujetaba con una mano. Me cubría una manta, que me la eché por encima, tapando los maletines. Por esa escaleras bajaban unos pasos. Mi excitación iba en aumento, y cada vez cerraba mi mano con más fuerza, para que no me quitasen los maletines. Sin notar nada más que el peso de los pasos, y muerto de miedo, grite con todas mis fuerzas.
Me encanta la foto y tu narración. Que tengas buen día Bernardo.
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