Málaga, 5 de Agosto del 2012
La noche era agradable, había llovido y hacía fresco.
Despues de una cena de esas que no se olvidan,
sacaste tu viejo portatil,
y a través de
tus fotos,
como si hubieses hecho un Bu(i)trón en tu corazón,
sacaste de él tus recuerdos y tu vida.
Conocí una parte de esa vida.
Otra parte la conocía por otros conductos,
pero esa es la vida que a nadie debe interesar,
y nadie debe remover.
Yo con tus fotos y tus palabras
tengo suficiente y me sobra.
Tu vida no es un camino de rosas,
aunque tu la adornes con papel celofán,
pero es la que tienes,
y nadie la puede juzgar.
Eres tierna, encantadora y caprichosa,
como una niña malcriada.
Eres dulce, como la tela de la araña,
y embriagadora como canto de sirena.
Si tuviese treinta años menos,
me hubiese gustado caer en tus redes,
y ampliar el trío a cuarteto.
Lo malo es que mi edad pesa mucho,
para que la tela de araña soporte el peso.
Pero sea como sea, has hecho que te adore.
©Bernardo Iribarnegaray
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