Málaga, 25 de Diciembre de 2.012
Beber es un placer, si no te pasas.
Si te pasas es un coñazo.
Cuando te acuestas todo da vueltas.
Al día siguiente te duele la cabeza.
Te arrepientes y echas las potas.
Comer en exceso es lo mismo.
Empiezas a llenar el buche y
entras en una espiral que da vueltas,
del plato a las fuentes, y de ahí no sales.
Giras y giras y pierdes la noción del tiempo.
Los sonidos van decreciendo, hasta
desaparecer.
Hay mucha gente a tu alrededor,
pero deben de estar comiendo.
La grasa que queda en el plato
hay que untarla con pan, no desperdiciarla.
Y al fin los postres, y café.
Después del café unas pastas o un poco de
turrón.
Al día siguiente, si estas estreñido, es
tremendo.
Te pesan hasta las zapatillas.
Vas muchas veces al retrete,
Pero el atasco es descomunal.
En Cambio si todo funciona, dices:
¡hoy tengo que comer menos!
Pero te pones hasta el culo, como ayer.
©Bernardo Iribarnegaray
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